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La reflexología es una práctica que consiste en la estimulación de ciertos puntos sobre los pies, manos, orejas y cara. Esos puntos reciben el nombre de "zonas de reflejo". Sus participantes afirman que existen conexiones entre esos puntos y órganos situados en otro lugar del cuerpo humano. Por lo tanto, durante una sesión de reflexología se encontrarían estos puntos de dolor para determinar qué órgano está presentando una disfunción. Después, con el masaje de esas zonas específicas, se podría aliviar ciertas dolencias. Esta doctrina también puede llamarse reflexoterapia o terapia zonal. 

 

Hay diferentes tipos de reflexología. Las principales son: la auricular, manual, facial y podálica. No obstante, también existen otras como la abdominal, que tiene como principales zonas de acción el tórax y el abdomen, o la iridología, que actúa en la gran cantidad de zonas reflejas que se encuentran dentro del iris de los ojos. 

 

 

La reflexología auricular recibe el nombre de auriculoterapia. Este tratamiento se aplica en las orejas, en específico: en el pabellón auricular. Además, se puede realizar junto con técnicas de acupuntura, es decir, utilizando agujas especiales para estimular las zonas de reflejo. Otras maneras de llevarse a cabo es a través de la colocación de semillas de vacaria, o simplemente con un masaje en el pabellón auricular.

 

Otro tipo de reflexología es la manual, como ya hemos indicado anteriormente. Esta utiliza las manos como zona refleja de todo el cuerpo.

También existe la facial o facioterapia. Esta se puede usar en combinación con la reflexología del área del cuero cabelludo. Ésta es una técnica poco usada.

Pero, dentro de la reflexología, la técnica más popular es la podálica. Esta se aplica sobre las plantas de los pies en donde, por medio de un mapa reflexológico, se determinan las zonas en donde coinciden los puntos con los diferentes órganos del cuerpo. Es común aplicar esta en conjunto con la reflexología en las manos. 

 

Instrucciones de reflexiología. Fuente: saludterapia

Los estudios realizados por los expertos en la materia han determinado que la reflexología y su práctica traen una buena cantidad de beneficios para el organismo. Por ejemplo, se ha demostrado que facilita la relajación y reduce el estrés, puesto que en los pies se centra la mayoría de tensión y peso del resto del cuerpo. Por lo tanto, con la reflexología podal se podría ayudar incluso a combatir diferentes estados de depresión y ansiedad.

De igual manera, es un método que puede usarse para tratar las ansiedades y los dolores de los pacientes con cáncer. También se aplica para tratar afecciones tan variadas como: dolores de espalda, lesiones deportivas, desequilibrios homonales, insomnio, trastornos digestivos, trastornos premenstruales, artritis, cefáleas tensionales o cuidados post-operatorios.

 

Como decíamos anteriormente, la reflexología podal es la más conocida. Si nunca has asistido a una sesión o sí lo has hecho y estás interesado en saber más sobre la técnica podálica, puedes ver estos tres vídeos de una de estas sesiones:

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Copyright: Herboláriame/ Carolina Agudo, Andrea Farnós, Cristina Gallego

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